Landlab, una institución de investigación agrícola en Italia, realizó un estudio comparando los efectos del agua de riego enriquecida con nanoburbujas de oxígeno, utilizando la tecnología de Moleaer, en 2 hectáreas de uva de mesa frente a un grupo control. Baglieri, una reconocida granja de uva de mesa en el sur de Sicilia que cuenta con más de 27 hectáreas de cultivo, ha tenido que lidiar con problemas de coloración en los últimos años, lo que ha llevado a la imposibilidad de vender una parte significativa de su producción, oscilando entre el 30% y el 70%.
Durante el estudio de Landlab en Baglieri, la sección tratada con tecnología de nanoburbujas tuvo una mejor coloración y mayor Brix en comparación con el control. Los investigadores de Landlab evaluaron el color en dos momentos diferentes, en el envero, cuando las uvas comienzan a madurar, y en el momento de la cosecha.
La clasificación del color de la uva de mesa, a menudo medido en una escala del 1 al 5, generalmente se refiere a los diferentes tonos o los colores de las uvas, sobre todo en los sistemas de clasificación comercial. En este caso, se clasificaron en una escala del 1 al 5 según la imagen y la tabla a continuación.
Un asombroso 64% del total de racimos de la sección tratada con nanoburbujas tuvo una coloración de 5 según esta escala, y otro 33% alcanzó un 4 sobre 5. Solo el 15% de las uvas del grupo control alcanzaron la coloración ideal, y el 51% alcanzó una coloración entre 2 y 3. Este caso de estudio destaca el impacto de la tecnología de nanoburbujas integrado con las prácticas vitivinícolas tradicionales, ofreciendo una solución confiable para que los productores mejoren la calidad de la uva y cumplan con altos estándares de sabor, apariencia y preferencias del mercado.
Tras la implementación de la tecnología de nanoburbujas, Baglieri observó mejoras notables en la coloración de la uva y un aumento simultáneo en el contenido de azúcar, medido en Brix, de las vides. Un ensayo anterior realizado en Chile en uva de mesa var. Crimson también mostró una mejor coloración, un brix más alto y un desarrollo más rápido de la fruta, adelantando la cosecha hasta 3 semanas.
La búsqueda del cultivo de uvas de mesa de primera calidad requiere un enfoque meticuloso, abordando factores como la salud del suelo, la disponibilidad de nutrientes y el manejo del riego para garantizar el desarrollo óptimo de las vides y la fruta de alta calidad. Tomando en cuenta estos factores, los productores enfrentan desafíos, especialmente en relación con la calidad y estructura del suelo. Un suelo bien aireado y con una textura adecuada fomenta el desarrollo óptimo de las raíces y la infiltración de agua, mientras que los suelos compactados reducen el espacio poroso, lo que afecta a la absorción de agua y nutrientes y, en consecuencia, influye en la calidad, la coloración y la uniformidad de la maduración de la uva.
Gráfico 1: Comparación de la humedad del suelo (cascadas violetas) y la actividad radicular (círculos de colores) a diferentes profundidades cuando se trata con nanoburbujas de Moleaer (arriba) vs. Control (abajo). Los resultados mostraron tanto una mayor infiltración de agua como un aumento de la actividad radicular a mayor profundidad en el tratamiento con nanoburbujas de Moleaer.
La probada eficacia de la tecnología de nanoburbujas de Moleaer en la transferencia de oxígeno al agua, superior al 85%, facilita concentraciones de oxígeno disuelto más altas y estables, lo que promueve un mejor desarrollo de las raíces, una mayor eficiencia de absorción de nutrientes y un microbioma del suelo más saludable, al tiempo que ayuda a mitigar los patógenos. Las propiedades físicas y químicas distintivas de las nanoburbujas, que miden entre 70 y 120 nanómetros, las distinguen de las burbujas más grandes, y gracias a esto, ayudan a reducir la compactación del suelo y a lixiviar las sales por debajo de la zona de la raíz.
La menor tensión superficial del agua enriquecida con nanoburbujas ayuda a su infiltración, minimizando la escorrentía y la evaporación, optimizando en última instancia el suministro de agua a la zona de la raíz.
La coloración de la uva, especialmente para las variedades rojas, es significativa, ya que muchos productores experimentan pérdidas de ventas del 30-50% debido a la mala coloración. Los niveles de Brix, que indican el contenido de azúcar, son esenciales para el sabor y la calidad de la uva, con valores ideales de 17-19 que indican cultivos de calidad. Los nutrientes esenciales, como el potasio, el magnesio, el boro, el zinc y el cobre, desempeñan un papel fundamental en la coloración de la uva contribuyendo a la síntesis de pigmentos. La carga negativa de las nanoburbujas ayuda al transporte de catiónes, favoreciendo la absorción de estos nutrientes cruciales. Los desequilibrios o deficiencias en estos nutrientes pueden afectar negativamente la coloración de la uva, afectando la calidad y apariencia general de la fruta. Las clasificaciones de color utilizadas por productores, comercializadores y minoristas subrayan aún más la importancia de utilizar soluciones innovadoras que mejoren la estructura del suelo, la absorcion de nutrientes y la coloracion del fruto de forma natural.
Las diferentes clases de color utilizadas por productores, comercializadores y minoristas subrayan aún más la importancia de este enfoque integrado, que permite a los consumidores identificar y elegir fácilmente las uvas en función de sus preferencias de color.
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