Por Henry Gordon-Smith, CEO de Agritecture, lideres in consultoria para una agricultura climáticamente inteligente.
A medida que viajo por todo el mundo, me inspiro continuamente en las últimas innovaciones en alimentación y agricultura, lo que impulsa mi optimismo para el futuro. Dondequiera que voy, me encuentro con emprendedores e innovadores que están dedicando sus esfuerzos a preservar los recursos, producir más alimentos con un mayor valor nutricional, al mismo tiempo que luchan contra los desafíos cada vez mayores del cambio climático. Su compromiso e ingenio me dan la esperanza de que, a pesar de los obstáculos a los que nos enfrentamos, las soluciones sostenibles no solo son posibles, sino que se están desarrollando activamente para asegurar nuestros sistemas alimentarios para las generaciones venideras.
El futuro de la agricultura tiene que ver con la precisión, la eficiencia y la sostenibilidad, y la tecnología de nanoburbujas es una parte emocionante de esta transformación. Moleaer, líder en este espacio, ha sido pionero con una tecnología que altera fundamentalmente el comportamiento del agua, haciéndola más efectiva para el riego y mejorando los cultivos. Las nanoburbujas, aunque invisibles a simple vista, están cambiando las reglas del juego tanto en la agricultura de ambiente controlado (CEA) como en la agricultura de campo abierto al mejorar el rendimiento de las plantas, aumentar la resistencia contra el estrés y minimizar la huella ambiental de la agricultura.
En esencia, las nanoburbujas son burbujas de gas ultrafinas, más pequeñas que una micra, que permanecen suspendidas en el agua durante largos períodos. A diferencia de las burbujas más grandes que flotan hacia la superficie y explotan, estas pequeñas burbujas se dispersan por toda el agua, aumentando los niveles de oxígeno disuelto (OD) y creando un ambiente más rico en oxígeno para las raíces de las plantas. Este aumento de oxígeno permite una mejor absorción de nutrientes, un crecimiento más rápido y una mayor resistencia de las plantas. En los sistemas hidropónicos, por ejemplo, mantener altos niveles de oxígeno disuelto en la zona de las raíces es fundamental para prevenir enfermedades y promover el crecimiento vigoroso de las plantas. La tecnología de nanoburbujas de Moleaer sobresale aquí, asegurando que el agua rica en oxígeno circule de manera eficiente a través del sistema, contribuyendo a plantas más saludables y productivas. Esto se traduce en mayores rendimientos, más uniformidad, menos biofilm y menos uso de productos químicos.
El impacto de las nanoburbujas se extiende más allá de la salud de las plantas y la calidad del agua hasta la estructura del suelo. Las nanoburbujas mejoran la calidad y claridad del agua al descomponer la materia orgánica y reducir la formación de biofilm, manteniendo los sistemas de riego limpios y reduciendo los taponamientos. Además, el poder oxidativo de las nanoburbujas ayuda a reducir los patógenos y el crecimiento de algas, protegiendo aún más los cultivos de enfermedades comunes de las raíces transmitidas por el agua. En la agricultura de campo abierto, la tecnología puede incluso mejorar la aireación del suelo, mejorando el desarrollo de las raíces y la absorción de nutrientes, preparando así las plantas para resistir factores de estrés ambiental como la sequía o las malas condiciones del suelo. La tecnología de Moleaer puede incluso mejorar la infiltración de agua y la aireación del suelo.
Vea las nanoburbujas en acción
Vea la entrevista con Juan Cirera en esta plantacion de arandanos, en Huelva, España, sobre cómo la tecnología de nanoburbujas ha evitado la muerte de plantas por estrés hídrico en la sección tratada con nanoburbujas, además de lixiviar las sales por debajo de la zona radicular.